Comprensión de las regulaciones sobre refrigerantes
Regulaciones de la industria: Mito vs. realidad
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MITO: Las mezclas de hidrofluoroolefina (HFO) no son soluciones refrigerantes a largo plazo y se eliminarán gradualmente debido a la Enmienda de Kigali
REALIDAD:
Las regulaciones que afectarán al uso de refrigerantes en el futuro, como la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, no se basan en “prohibir” o “eliminar gradualmente” determinados productos. Su objetivo es reducir el impacto medioambiental de todos los refrigerantes en general. El panorama regulatorio actual no pretende especificar una solución. Establece un marco que protege el medioambiente, ofreciendo al mismo tiempo numerosas opciones tecnológicas para que los usuarios finales puedan elegir la que mejor se adapte a sus necesidades específicas.
La industria tiene claro que se necesita una variedad de refrigerantes (con una gama de GWP) para satisfacer las necesidades de la sociedad.
Recursos de soporte:
Video del Dr. Chuck: Phase Down vs. Phase Out:
Estudio de caso de Reino Unido / Park Cakes
El minorista británico ASDA elige refrigerantes A2L
Carrier presenta Puron AdvanceTM la última generación de refrigerantes...
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MITO: Los HFO son soluciones refrigerantes provisionales
REALIDAD:
Los HFO son una parte esencial del futuro de nuestra industria a largo plazo. Los refrigerantes con HFO y mezclas de HFO no agotan el ozono, tienen bajo GWP y ofrecen alternativas de alto desempeño a los HCFC y HFC. Los HFO se usarán en los años venideros. De hecho, algunos HFO incluso ofrecen un potencial de calentamiento global más bajo en comparación con el CO₂.
Recursos de soporte:
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MITO: La descomposición del HFO y HFC en TFA provoca lluvia ácida y es un riesgo para el medioambiente
REALIDAD:
El ácido trifluoroacético, o TFA, es un ácido orgánico presente en la naturaleza con una estructura similar al ácido acético (es decir, vinagre). Más de 200 millones de toneladas de TFA se encuentran en los océanos del planeta. También se encuentran rastros de TFA en la lluvia, niebla, rocío de mar, aguas de lagos y ríos y en los suelos. Numerosos estudios independientes revisados por pares realizados en las últimas dos décadas concluyeron que el TFA de fuentes producidas por el hombre no representa un riesgo para el medioambiente o la salud humana. Los mamíferos, incluidos los humanos, no son afectados por niveles de TFA cientos o miles de veces más altos que los esperados en el medioambiente.
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